Regalo abrazos de Luz / Relato

Regalo abrazos de luz

Conocí hace tiempo, durante una corta estancia en el hospital a causa de una enfermedad sin nombre, a una chiquilla de ojos pardos llamada Luz. No recuerdo mucho de aquellos días, pero jamás podré olvidar la extraña intensidad que manaba cada una de sus miradas.

Aquella niña, de mi misma edad, tenía la cabellera rapada y se paseaba por el hospital con un cartelito colgado al cuello que decía: «Regalo abrazos de Luz». Yo, delirante de fiebre, creía que era un diminuto y precioso ángel que nos protegía a todos. Creía que, en toda su enorme generosidad, aquella pequeña muchacha había sido enviada celestialmente para salvarnos. De hecho… a mí me salvó.

Al borde de la muerte, hallándome dolorido y más enfermo que nunca, Luz me regaló uno de sus abrazos, y desapareció para siempre al día siguiente, justo cuando yo abandonaba el hospital plenamente curado. Ahora que soy adulto, sé que no desapareció, sino que murió de cáncer. Pero eso no evita que esté aquí, de nuevo en el hospital, cada tarde en mi tiempo libre, con un pequeño cartelito colgado de mi cuello que dice: «Regalo abrazos de Luz».

Daniel González Pérez

«De todas las variedades de virtud, la generosidad es la más estimada». Ya lo dijo Aristóteles. Quizás por eso en julio de este año decidí participar en el III concurso nacional Tono Escobedo en la categoría generosidad. Porque una parte instintiva de mí supo que esa era la categoría ideal. El relato que más arriba habéis leído; Regalo abrazos de Luz, ha tenido el gran honor de ser el ganador de dicha categoría en el concurso (del cual ya os hablé hace no mucho por aquí). Hoy, meses después de que lo escribiese, os lo muestro a todos vosotros. Y lo hago porque este pasado viernes día 11 de diciembre la editorial Defoto Libros presentó en Valencia la antología del concurso, con una selección de hasta 125 relatos de autores que participaron en dicho evento.

Por desgracia no pude acudir a la cita (con lo mucho que me habría gustado), pero al menos puedo compartir por aquí el relato y el libro. Antología que, por cierto, ya se puede adquirir desde este enlace, y que posee unas preciosas ilustraciones de la artista Tere Unsain. Por mi parte poco más. Estoy muy orgulloso de este pequeño relato, el cual ha gustado mucho a familiares y amigos siempre que lo he leído, y sobre todo al jurado del concurso. Estoy seguro de que no fue nada fácil premiar los escritos. Ha sido un placer participar en este evento. Y he de decir que no he tenido ni una sola queja acerca de la organización y atención por parte de la editorial. Así da gusto.