5 años de Pesadillas del Futuro: ¡Una nueva edición!

Se dice pronto. Cinco años, un lustro, media década. Han pasado cinco años desde que publiqué al mundo mi primera obra como escritor, mi estreno literario, Pesadillas del Futuro. Una novela post-apocalíptica de ciencia ficción y fantasía. Y ahora aquí estamos, cinco años y tantas cosas después. Este blog, de hecho, nació en primera instancia porque pretendía ser un blog dedicado al libro (si os acordáis, si hay algún veterano leyendo de aquella época). Pero poco a poco fue creciendo, mutando a algo mayor, para terminar dejando paso a mis inquietudes hasta que finalmente se convirtió en lo que hoy día es, un abismo lleno de ideas.

No estoy aquí para hablar de la transformación del blog, sin embargo. Y podría hacerlo, pero el recorrido está visible para todo el que quiera cotillear. Hoy estoy aquí para traeros una noticia, y es que en los últimos meses me carcomía por dentro un proyecto personal. Uno que no era otro más que reeditar Pesadillas del Futuro. Es decir, preparar una flamante y nueva edición por su quinto aniversario.

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Pequeña luz en fuga / Fragmento de Seda

Seda, de Alessandro Baricco
Seda, de Alessandro Baricco

Hoy me gustaría compartir con vosotros, como suelo hacer otras veces, un pequeño extracto de un libro. En esta ocasión el elegido es Seda, una novela corta de Alessandro Baricco que leí hace unos meses y me agradó bastante. Espero que os guste si no la conocíais y os animéis a leerla…

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El dilema del buen libro aburrido

El dilema del buen libro aburrido

¿Nunca habéis encontrado, leyendo un libro, partes aburridas/lentas/soporíferas que os han dado ganas de dejar de lado la lectura? Seguro que sí, pero no solo eso, voy más allá. ¿Nunca os ha pasado el hecho de encontrar esas partes dentro de un libro que en realidad es bueno? ¿Cómo?, ¿es esto posible? Sí, sí, o eso pienso.

Existen millones de libros y si eres un lector habitual estoy seguro de que alguna vez te ha pasado algo semejante. Desconozco si esto tiene nombre o no, pero yo lo llamo; «el dilema del buen libro aburrido». Este título, obviamente, hace referencia a eses libros en concreto que te pueden gustar, pero en los cuales encuentras partes aburridas que desearías que no existiesen. Y yo me pregunto… ¿Soy el único al que le persigue este mal?

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Nunca más es mucho tiempo / Fragmento de La carretera

La carretera
La carretera (The Road)

Hacía ya un tiempo que no dejaba caer por el blog algún extracto o fragmento que me gustase de un libro, y la verdad es que ya iba tocando (además, en nada va ser el día del libro, por lo tanto como se suele decir; dos pájaros de un tiro). Recientemente he leído La carretera (The Road), la obra ganadora del Pulitzer de Cormac McCarthy publicada en 2006, y no he podido resistirme a compartir con vosotros un breve pero estupendo trozito de esta novela que, si te lo propones, puedes leerte en unas pocas sentadas.

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Caleb, algún día te caerás / Micro relato

Es una soleada tarde de otoño y los pies de Caleb penden de la rama de un árbol, balanceándose de aquí para allá con parsimonia. Hojas muertas se precipitan hacia abajo, y siempre alguna juguetona intenta aferrarse al cuerpo del pequeño Caleb, sin lograrlo.

Los ojos del chico contemplan con añoranza los rayos de sol filtrándose entre las robustas ramas y cómo su hermana juega allí cerca en el césped del suelo. Todo en este hermoso día le hace recordar su fatídica caída.

—Emmeline —pronuncia Caleb entristecido—, hermanita, ojalá estuviese vivo todavía para poder seguir jugando contigo.

© Daniel González Pérez


Este micro relato resultó finalista del II certamen de microrrelatos de terror de la editorial Círculo Rojo, y forma parte de la antología Micro Terror II, publicada en abril de 2018 en colaboración con Obra Social La Caixa y con prólogo del escritor Javier Pérez Campos. Si estás interesado en adquirir un ejemplar del libro, en el que participan hasta 120 autores, puedes hacerlo desde la web oficial de la editorial (todos los beneficios son destinados a fines solidarios).

Enlace de compra: 
http://editorialcirculorojo.com/micro-terror-ii-certamen-de-microrrelatos/

Regalo abrazos de Luz / Relato

Regalo abrazos de luz

Conocí hace tiempo, durante una corta estancia en el hospital a causa de una enfermedad sin nombre, a una chiquilla de ojos pardos llamada Luz. No recuerdo mucho de aquellos días, pero jamás podré olvidar la extraña intensidad que manaba cada una de sus miradas.

Aquella niña, de mi misma edad, tenía la cabellera rapada y se paseaba por el hospital con un cartelito colgado al cuello que decía: «Regalo abrazos de Luz». Yo, delirante de fiebre, creía que era un diminuto y precioso ángel que nos protegía a todos. Creía que, en toda su enorme generosidad, aquella pequeña muchacha había sido enviada celestialmente para salvarnos. De hecho… a mí me salvó.

Al borde de la muerte, hallándome dolorido y más enfermo que nunca, Luz me regaló uno de sus abrazos, y desapareció para siempre al día siguiente, justo cuando yo abandonaba el hospital plenamente curado. Ahora que soy adulto, sé que no desapareció, sino que murió de cáncer. Pero eso no evita que esté aquí, de nuevo en el hospital, cada tarde en mi tiempo libre, con un pequeño cartelito colgado de mi cuello que dice: «Regalo abrazos de Luz».

Daniel González Pérez

«De todas las variedades de virtud, la generosidad es la más estimada». Ya lo dijo Aristóteles. Quizás por eso en julio de este año decidí participar en el III concurso nacional Tono Escobedo en la categoría generosidad. Porque una parte instintiva de mí supo que esa era la categoría ideal. El relato que más arriba habéis leído; Regalo abrazos de Luz, ha tenido el gran honor de ser el ganador de dicha categoría en el concurso (del cual ya os hablé hace no mucho por aquí). Hoy, meses después de que lo escribiese, os lo muestro a todos vosotros. Y lo hago porque este pasado viernes día 11 de diciembre la editorial Defoto Libros presentó en Valencia la antología del concurso, con una selección de hasta 125 relatos de autores que participaron en dicho evento.

Por desgracia no pude acudir a la cita (con lo mucho que me habría gustado), pero al menos puedo compartir por aquí el relato y el libro. Antología que, por cierto, ya se puede adquirir desde este enlace, y que posee unas preciosas ilustraciones de la artista Tere Unsain. Por mi parte poco más. Estoy muy orgulloso de este pequeño relato, el cual ha gustado mucho a familiares y amigos siempre que lo he leído, y sobre todo al jurado del concurso. Estoy seguro de que no fue nada fácil premiar los escritos. Ha sido un placer participar en este evento. Y he de decir que no he tenido ni una sola queja acerca de la organización y atención por parte de la editorial. Así da gusto.

Lluvia de verano

La elegancia del erizo es un libro de Muriel Barbery publicado en 2006 en Francia con muchísimo éxito, llegando a vender más de un millón de copias y manteniéndose treinta semanas en el número uno de ventas. Recientemente he tenido el gusto de poder leerlo, y durante el acto, me encontré con uno de esos pequeños fragmentos tan geniales que a veces nos dejan los libros por el camino (y ojo, porque tiene más). En realidad puede parecer una tontería, pero a mí me gustó mucho, por lo que me ha apetecido compartirlo aquí con vosotros en el blog. Además, así os doy a conocer la novela, la cual por supuesto os recomiendo. Muy entretenida y con algunas reflexiones sobre la vida de lo más curiosas.

Este extracto del libro que comparto, está sacado del capítulo titulado «Un nuevo corazón», y trata sobre la lluvia en verano y esas sensaciones que arrastra consigo cuando llega (supongo que a mí me llegó tanto porque en parte también lo veo como la autora, y porque la lluvia me encanta). Espero que lo disfrutéis.

Lluvia de veranoRecuerdo esa lluvia de verano.
Día tras día, recorremos nuestra vida como quien recorre un pasillo.
[…]
Y entonces, lluvia de verano. ¿Saben lo que es la lluvia de verano?
Primero la belleza pura horadando el cielo de verano, ese temor respetuoso que se apodera del corazón, sentirse uno tan irrisorio en el centro mismo de lo sublime, tan frágil y tan pleno de la majestuosidad de las cosas, atónito, cautivado, embelesado por la magnificencia del mundo.
Luego, recorrer un pasillo y, de pronto, penetrar en una cámara de luz. Otra dimensión, certezas recién formadas. El cuerpo deja de ser ganga, el espíritu habita las nubes, la fuerza del agua es suya, se anuncian días felices, en un renacer.
Después, como a veces el llanto, cuando es rotundo, fuerte y solidario, deja tras de sí un gran espacio lavado de discordias, la lluvia, en verano, barriendo el polvo inmóvil, crea en las almas de los seres una suerte de hálito sin fin.
Así, ciertas lluvias de verano se anclan en nosotros como un nuevo corazón que late al unísono del otro.

Cuando terminas de escribir un libro…

como-escribir-un-libroMe llevo preguntando desde hace unos días si las sensaciones serán las mismas para todos los escritores. Si ese… ese sentimiento de despedida, lo siente por igual hasta el más consagrado de los escritores, como hasta el chico joven que nadie conoce y que ha dedicado el último año de su vida a una obra que quizá nunca vea la luz. Me refiero a lo que se siente cuando terminas de escribir un libro. Y es que, hoy, puedo decir por fin abiertamente que he terminado de escribir mi segundo libro; La conjuración del tiempo.

Es extraño. No sé si siempre será así de agridulce. No sé si después de llevar veinte, o treinta, o cincuenta, uno más solo significa eso, uno más. Pero, por el momento, lo que sé es que duele. No físicamente, claro. Duele en un sentido ambiguo de la palabra. Lo más representativo que encuentro en mi cabeza para que lo entendáis es lo siguiente: Se parece a despedirse de un buen amigo para siempre. Esa despedida ni siquiera tiene porque ser causa de que tu amigo fallezca. No. Solamente es una despedida, pero a conciencia. Como si los dos supieseis que hasta ahí ha llegado todo, que nunca más os veréis en vuestras vidas.

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¿La mejor definición de «amor»?

Era inevitable. Algo tenía que decir de El temor de un hombre sabio en el blog (la segunda parte de la trilogía Crónica del Asesino de Reyes, de Patrick Rothfuss). El libro lo he empezado a leer recientemente, y tenía pensado hablar de él o de Patrick en alguna entrada futura. Lo que no me esperaba es que la entrada fuese a tratar sobre este tema —que por otra parte, esta semana coincide con San Valentín—.

No sé, creo que sencillamente me ha gustado cuando lo he leído, y por eso lo comparto. Es un pequeño trozo del sexto capítulo del libro titulado «Amor». Kvothe, el protagonista, nos habla de lo que es el amor verdadero usando su laúd a modo de grandilocuente metáfora (aunque él está de verdad enamorado de su laúd). He leído, o escuchado, o visto un montón de definiciones de lo que es el amor, pero esta es, sin duda, de las que más de acuerdo estoy. Brillante.

Kvothe

Toqué suavemente la clavija suelta y pasé las manos por la tibia madera del laúd. Había sitios donde el barniz tenía arañazos y rozaduras. En el pasado lo habían tratado mal, pero eso no lo hacía menos maravilloso.

Sí, mi laúd tenía defectos, pero ¿qué importa eso cuando se trata de asuntos del corazón? Amamos lo que amamos. La razón no entra en juego. En muchos aspectos, el amor más insensato es el amor más verdadero. Cualquiera puede amar algo por algún motivo. Eso es tan fácil como meterse un penique en el bolsillo. Pero amar algo a pesar de algo es otra cosa. Conocer los defectos y amarlos también. Eso es inusual, puro y perfecto.