Hablemos de… TITANIC

Titanic es una película que siempre me ha fascinado desde que la vi por pequeño por primera vez. No solo la cinta es un hermoso viaje en el tiempo, y el retrato del trágico suceso está formidablemente bien ejecutado y es de una fuerza implacable, sino que su historia de amor está tratada con un mimo excelente. Por eso es una película que recuerdo con tremenda viveza en mi cabeza.

Y algo similar le ocurre a Aida Dopazo, quién escribió sobre su propia experiencia con la película en su blog. Y yo, que ya había colaborado con ella hace un tiempo (haciendo un vídeo de Westworld para mi canal), he querido volver a repetir con este caso. Porque sus palabras se parecen mucho a mi particular visión de la obra de James Cameron, y porque llevaba tiempo con idea de tratar en mi canal algo sobre esta fabulosa y mítica película.

Ahora, por fin es algo que he cumplido. Aquí os dejo el vídeo en cuestión que ha salido de todo esto y os recomiendo, si os gusta, que vayáis a echarle un vistazo a la entrada original del blog de Aida (así como al resto de sus contenidos), porque tiene más material y reflexiones que yo me he dejado fuera.

– [TITANIC] –
La historia de amor más grande del mundo


· Visita la entrada original en el blog de Aida:
https://espirituromanticoaida.blogspot.com/2019/08/la-historia-de-amor-mas-grande-del-mundo.html


¿Qué opináis de este clásico de los 90?

Atrapa almas / Micro relato

Atrapa almas—Amor —dijo ella radiante—, ¿sabes eso que dicen de que los ojos son el espejo del alma?

—Sí —contestó él.

Ella siguió;

—Pues creo que están equivocados porque esta noche tu espejo está mucho más abajo.

—¿Dónde? —quiso saber él.

—Aquí, aquí mismo —y su delicada mano apretó la dura entrepierna de él.

—Cariño —se apresuró a decir el hombre, sonriendo.

—¿Qué pasa?

—Que eso es mi teléfono móvil.

© Daniel González Pérez

¿La mejor definición de «amor»?

Era inevitable. Algo tenía que decir de El temor de un hombre sabio en el blog (la segunda parte de la trilogía Crónica del Asesino de Reyes, de Patrick Rothfuss). El libro lo he empezado a leer recientemente, y tenía pensado hablar de él o de Patrick en alguna entrada futura. Lo que no me esperaba es que la entrada fuese a tratar sobre este tema —que por otra parte, esta semana coincide con San Valentín—.

No sé, creo que sencillamente me ha gustado cuando lo he leído, y por eso lo comparto. Es un pequeño trozo del sexto capítulo del libro titulado «Amor». Kvothe, el protagonista, nos habla de lo que es el amor verdadero usando su laúd a modo de grandilocuente metáfora (aunque él está de verdad enamorado de su laúd). He leído, o escuchado, o visto un montón de definiciones de lo que es el amor, pero esta es, sin duda, de las que más de acuerdo estoy. Brillante.

Kvothe

Toqué suavemente la clavija suelta y pasé las manos por la tibia madera del laúd. Había sitios donde el barniz tenía arañazos y rozaduras. En el pasado lo habían tratado mal, pero eso no lo hacía menos maravilloso.

Sí, mi laúd tenía defectos, pero ¿qué importa eso cuando se trata de asuntos del corazón? Amamos lo que amamos. La razón no entra en juego. En muchos aspectos, el amor más insensato es el amor más verdadero. Cualquiera puede amar algo por algún motivo. Eso es tan fácil como meterse un penique en el bolsillo. Pero amar algo a pesar de algo es otra cosa. Conocer los defectos y amarlos también. Eso es inusual, puro y perfecto.